jueves, enero 31, 2008

Quien no gasta zapatilla?

Caminar por las calles de la inercia,

sentir por tus venas cómo fluye la ciudad,
dejar correr las letras por el teclado del ordenador con los dedos temerosos que me han tocado,

acostarme cada noche soñando con la siguiente sorpresa,

levantar la cabeza de plaza en plaza, conocer cada día al prójimo diferente, ...


Eso es Madrid para mí: Movimiento!!




Gracias Nayeli

miércoles, enero 30, 2008

Un ensayo peterburgués

Serpientes ahumadas de perfil reversible, cada calada al cigarro de filtro dorado se metamorfosea como las mariposas al ecloniarse durante la primavera. Desde mi mesa a los pies de la pista, los graciosos giros de cada pareja se introducían en mis oídos a base de compases y motus perpetuos. Sobre la mesa, una copa gastada y la más sospechosa botella de champán de toda la Rusia occidental. Era la víspera de nochevieja y todo simulaba un florido ensayo de lo que se avecinaba.

- Y quien se preocupa de los candelabros? La iluminación es fundamental en cualquier evento.

- No te preocupes Vassili. Todo va a estar en su sitio. Tenemos toda la jornada de mañana para ultimar los detalles.

- Coómo quieres que no me preocupe?!

(La sala se oscurece y el ballet se presenta a ritmo de foxtrot bajo los focos)

- Por favor, querido amigo, no estamos hablando de un mero detalle, la ilu...

- Shhhhh! No seas maleducado. Guarda la compostura ante las muchachas.

El resplandor de los vestidos cegaba por momentos la belleza del espectáculo. Cada una de ellas irradiaba sensualidad con cada gesto materializando los melosos acordes de la orquesta.
Guardé mi pañuelo tras secarme el sudor de la frente y bebí otro sorbo de aquellas efímeras burbujas.
Mi vista se relajaba en sus movimientos, más propios de las mareas que de las mujeres, olvidando la ebriedad y ablandándome todo el cuerpo. Estaba completamente empapado en alcohol, mi aliento ardía al surcar la glotis.

(Con una brusquedad inusitada, el piano enciende todas las luces y expulsa a las muchachas en todas direcciones.)

La música salpico de luz todos los rincones del salón cegando a los presentes. Sin embargo, aquel duelo para dos pianos recuperó el ambiente distendido de la velada y ofreció una magnífica oportunidad para recuperar las conversaciones y la atmósfera de buenas maneras que reinaba siempre en el Gran Salón de Nevsky Prospekt.

(Dos trabajadores alzan una guirnalda festiva sobre las cabezas de la pareja gestora.)

- Todo saldrá como siempre Vassili, bebe y calla.

- Si tú lo dices.

Era la víspera de nochevieja y todo simulaba un florido ensayo de lo que se avecinaba. Todo mi cuerpo reposaba sin preocupaciones, a mitad de camino entre la borrachera y la satisfacción. Limpié mis empañadas gafas y repetí mi libación. Una profunda niebla de exceso se respiraba en el ambiente, como el preludio de una orgía en la Belle Epoque.

Cerrar los ojos; eso era lo que quiero, cerrarlos y soñar mientras gire el mundo.

lunes, enero 28, 2008

Sabor trubača

Y mi cabeza se hundió entre los hombros. La llama etílica que surcaba mi garganta serpenteando como la voz de aquella anciana gitana cicatrizaba mi alma de los tormentos que me perseguían desde Occidente. Era mi primera noche en los Balcanes, la primera tras los sentimientos arrastrados y las olas del destino. Como espantan a los perros de casa ajena, así me precipitó Occidente hacia el Este, abandonando las ensoñaciones de un sopapo y recogiendo mis dientes rotos mientras me dirigía hacia la salida.

Cuando puse los pies en tierra, sentí el calor de los rayos del Sol sobre mi frente, fruncí el ceño y deje deslizar una dulce y gruesa lágrima por mi mejilla. Ahora, una bombilla huérfana y un fluorescente moribundo confunden mi diluído sentido de la vista que apenas distingue las facciones de los presentes. El mundo gira en torno a mi ridícula mesa de pino, acelerando sus pulsaciones hasta generar un anillo de vibraciones que me eleva más allá de aquella cabaña y me conduce a través del firmamento contemplando lo futil que es la vida y lo amplio que es el Universo. Allí los ángeles tocaban sus trompetas pero no al estilo de Haydn sino como los curtidos agricultores de la Serbia profunda: con el aliento de su alma.

Y sus trompetas me devolvieron lentamente a la banqueta coja de mi taberna. Allí seguían el arrugado recorte de periódico con los campeones de Europa del Estrella Roja en la pared, los estanterías más polvorientas de todos los bares del Adriático y un grupo de gitanos pertrechados con sus instrumentos de salvación.

- Camarero, otra ronda de Vodka!!

Nada vuelve cuando todo regresa a su lugar. Las vibraciones que la tuba ejerce sobre mi nuca me incorporan sin previa consulta y lanzan mis pies por la sala levantando el serrín y amenazando espinillas prójimas. Cuando alcanzo el fondo del corredor unas semidesnudas caderas me recogen entre sus curvas y me lanzan al exterior. La noche es mía y un ronsel de trompetas y platillo marca mi dirección pero nunca jamás mi sentido. La calle jamás descansa. Como en un Santo encuentro las bandas se entrecruzan y se disputan el favor de los fieles. Los brazos se unen y las piernas al tiempo: cada discípulo guarda el tesoro del ritmo en su corazón. El mejor disolvente de la Tierra es el vodka y los pocos recuerdos que atisbes a guardar se irán entre tus dedos como las notas que antes siempre tratabas de capturar.

Ya se alza el Sol sobre el horizonte. Los bombos que bajan por la ladera se repercuten sobre la hierba fresca de la mañana. Un beso de despedida y otro trago de bienvenida, así se pasan los sinsabores en el Este.

- Camarero, otra ronda de Vodka!!

jueves, enero 17, 2008