viernes, marzo 23, 2007

El destino, la inercia y la gravedad


Me caí de una rama al cesto de la compota. De algo tan simple y nítido como la weltanschaung de una manzana aprendo en la retirada el valor del objetivo. Ahora que las aguas se encauzan, las voces se disipan y el oído se complace en la inmensidad del silencio, comprendo el fracaso en su desagradable rotundidad y veo un poco más inclinado el plano de la realización.

Sin embargo, el agua siempre caerá por el torrente. Sólo los salmones más aguerridos llegarán a la calma y gozarán su existencia. Y esta no les llega con autocomplacencia. Han espoleado mi sentido crítico y éste sólo conduce a los tambores de guerra. Ahora empieza el capítulo clave, el desarrollo de tema imprescindible en toda sinfonía.

La falta de material es un hecho circunstancial. Hay ciegos y cegados.
Gracias Pombal, we're on way!

jueves, marzo 22, 2007

Retratos, retrasos y registros



Los clásicos solían retratarse rodeados de sus instrumentos, cómplices y solícitos elementos que acompañan al artista en su devenir creativo. No sé si por fijación educativa o traición del subconsciente siempre me han llamado la atención esos retratos corporativos donde los captadores son captados y se enfrentan al espejo.
Ayer tuve una mañana de locura. En un arrebato registracionista me lancé a la calle a tomar unas "instantáneas" de enajenaciones nonatas (no tengo derecho a engendrar, maldito Foro de la Familia!) para mi superagente secreta en la Puebla de los barquillos finos, Terebere. Las inclemencias del Atlántico hicieron mella en nuestra voluntad y a lo esperpéntico de lo extraño en la provincia se unió una lluvia de Poniente que diluyó el coraje y nos retiró sin contestación posible. A pesar de todo, las imágenes se sacaron y ahora ya tengo registro digital de algunas cosillas. Q cuando verán la luz? Se aceptan apuestas señores! Prometo que toda oferta será considerada (especuladores del LK y el Té verde, absténganse) pero el pánico a los corsarios de la pasta me impide por ahora asomarlas al espejo. Lo q sí puedo presentaros es la fotografía de presentación; como os decía, un homenaje al santoral moderno, la mitología neoclásica y el iconismo soviético; una escultura viva sobre naturaleza muerta para presentarme. Gracias, éste es J. La Vía Láctea.

martes, marzo 20, 2007

Al cruzar el Sarela


No hay nada mejor para el hombre (y la mujer) agotado que dejarse traslar por el espacio. La mayor parte de las miserias y agonías de la psique humana se acomodan en la falta de movimiento con respecto al espacio. La semana pasada recuperé el factor compostelano después de nueve meses sin comunicación. Dormir, vagabundear, trajinar de aquí para allá sin agenda ni concierto: recuperar las sensaciones de cinco años en la academia con sus doctores y sus tabernas sin mayor fin que encontrarse con uno mismo.



Todo continúa en el mismo lugar, poco tiempo ha pasado y todo se desarrolla sin que yo lo perciba: el Mosquito, los curas, los turistas mecanizados, el Chinampion y el Teletortilla. Ahora se palpa la tensión, los que ayer querían papas, hoy rebañan en mi plato y los que compartieron mesa conmigo guardan el chorizo en el cajón al oír mis pasos en el vestíbulo. Los hermanos se los ha tragado la tierra y quedamos los cuatro ratones que huímos a través del alcantarillado.



Pues en esta Compostela donde los maestros tienen miedo a lo insondable y castran a sus pupilos para que no se dispersen, en esta sede de cuervos con puntilla y ratas amaestradas se va forjando poco a poco el mayor anhelo de mi momento, una pequeña ventana para que el mundo se asome a mis ensoñaciones, una puerta dimensional al paralelo jotauviano donde lo que no vale la pena es lo único que motiva. La cosa se estrecha pero el ánimo es demasiado denso para encauzarlo, se me ha abierto el pecho y sólo deseo vida para destripar el universo.