martes, marzo 30, 2010

Nota a Carmen

Posando el cáliz de mi medianía,
te siento en Túnez
y me siento poso,
melancolía.
Trae la voz de Joao Gilberto
tu recuerdo a la mañana:
(“Haja o que houver,
há sempre um homem para uma mulher”)
ese “Buenos Días” tan cálido,
tan tuyo.

Y retomo la copa
para encoger tu ausencia:

se dilata mi esclavitud,
como un trago amargo en la boca.
Escarchado de tedio,
mi abrigo consuela la ausencia de tu abrazo
impronta indeleble.
Tienes razón,
el vino no me desarrolla el ingenio
(pero me calma el espíritu);
aún falta para el mediodía
pero sé
que mi Sol se puso hasta el viernes:
no sufro …
-pero me muerdo los labios-

Me ha dicho Neruda que
“Todo lo llenas tú,
todo lo llenas.”
Él me ha enseñado el Amor
así que no pienso llevarle la contraria.

Después de atravesar
las entrañas de la ciudad,
me frené a conocerte
como un domingo cualquiera
al aroma del pan caliente.

Ya se disipa la aurora;
se templarán las calles
anunciando otras 24h.:
“Haja o que houver,
há sempre um homem para uma mulher.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bellas palabras, bellos pensamientos,
de dolor y de amor,
persistente el primero, efímero el segundo,
¿por qué debe ser así?
siempre la lucha entre el corazón y la razón,
que provoca el rechazo y la desilusión,
sí, somos humanos,
qué tristeza cuando nos fundimos con esa roca fría y sin alma,
que es el desdén,
sirviéndonos de coraza para eludir la felicidad.